Ángel-Pedro Gómez Pazos
En el mundo de las instituciones olvidadas y las historias perdidas, los antonianos (les antonins en Francia, su cuna), resultan ser un eslabón enigmático de nuestro pasado; esplendoroso a veces y otras no tanto, que abarca unos 600 años de vida en España (700 en Francia), y que hace apenas dos siglos concluyó de manera abrupta e involuntaria.Este nuevo estudio sobre la materia, una suerte de Antonianos II, pretende dar la palabra a esa Orden Hospitalaria casi desconocida, que luchó contra las pandemias de su época con gran maestría y dedicación, siendo referente y ejemplo para muchos otros. Primero milicia laical ecuestre, luego orden religiosa bajo la regla de san Agustín, y siempre sanitarios, se expandieron por Europa, llegando a Méjico.El libro da una visión global de su vida, obras y extinción; repasa su historia y la de su mundo. Da unas pinceladas de sus andanzas en Portugal, donde recalaron en Lisboa y Benespera de manera especial. De España se fija en sus dos Encomiendas Mayores de Olite (Navarra) y Castrojeriz (Burgos), para centrarse luego en once Comandancias de la última sitas en Albacete, Atienza, Baeza, Cadalso de los Vidrios, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca, Madrid, Murcia, Talavera de la Reina y Toledo; todas ellas pertenecientes al antiguo y extenso territorio de la Mitra toledana. Se completa el viaje con la visión de las casas filiales de los prioratos citados, en La Iruela y Úbeda en Jaén, Huete en Cuenca, y Ávila con sus apostaderos en Arenas de San Pedro al sur de Gredos. Texto, imágenes, cartografía y alguna recreación, nos ayudan a visualizarlo.
