Calderero de Aldecoa, José
Inscritos en el libro de la muerte no es un título sugerente propuesto por un grupo de expertos en marketing para vender más ejemplares. Es lo que le sucedió literalmente a Osman Monterroso y a su familia, cuyos nombres fueron escritos en el libro en el que los pandilleros hondureños apuntan a quienes van a asesinar. Su delito fue ser testigos de un asesinato y en Honduras los sicarios nunca dejan a los testigos vivos. No era justo, pero ahora eso daba igual. Debían huir y debían hacerlo ya. De esta forma, la obra es a la vez una aventura trepidante por escapar de la muerte, un grito de denuncia ante un mundo regido por la violencia y la corrupción, y un canto a la esperanza protagonizado por todos aquellos que no se dejaron llevar por los prejuicios y tendieron la mano a Osman y su familia, en muchos casos sin conocer a priori la truculenta historia con la que cargaban a sus espaldas.